AMOR INCONDICIONAL

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El Amor Incondicional no busca retener por la fuerza, sino ser lo bastante fuerte como para SER AMOR uno mismo, a la par que con los demás y con todo lo que existe.

Y se hace mediante esta distinción: sabiendo cuándo dejar marchar o cuándo estar siempre a su lado. En ambos casos supone trascender-se, más allá de los límites del cuerpo, el espacio y el tiempo.

Amarse y amar es Ser Amor.

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Ser Amor es seguir amando aún con la percepción de traición, el rechazo, la indiferencia, la humillación, el abandono, la injusticia, odio e incomprensión, las palabras nunca respondidas y el odio. Todo eso no son más que máscaras falsas de sombra y miedo, con las que muchos corren el peligro de identificarse. El Amor va más allá de eso. Consiste en verse uno y ver al otro, perdonar-se hasta entender el condicionamiento de todos nosotros en este «juego 3D», en esta Matrix, y comprender que no hay ofensa.

Ser Amor estando rodeado de odio, hace que uno se rodee de Amor, y esa Iluminación y transformación es, en mi opinión, la lección más difícil que un ser humano pueda aprender. Es cuando reconcilia esa parte de ser humano y muestra su gran parte de divinidad. Pues a eso venimos.

Ser Amor también es dejarse amar y atreverse a besar, abrazar y acariciar, sin miedo. y hacer esto mismo. Sin más.

El Amor se manifiesta bajo muchas formas, pero por no tener forma sino por SER, no necesita explicación. Sólo ser vivido.

Nada que yo escriba aquí podrá explicar lo que es el Amor incondicional. Aprendo a darle más fuerza en mí cada día, entendiendo mi proceso evolutivo natural y consciente y el de mi entorno. Eso es lo más difícil, pues cada uno lleva su ritmo.

Si uno trae esa comprensión a la experiencia en este plano a través de la práctica, tal vez no «regrese» más… Salvo que lo elija…

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