En la actualidad y en según qué zonas geográficas donde es más sencillo poder tener mascotas a las que poder mantener, y haciendo una labor en mi opinión, preciosa, recogiendo animales sin hogar; también observo una comparación insana entre el hecho de designar a los animales domésticos como «perri hijis» o «perri hijos». También con los gatos. Es necesario darse cuenta de que tener una mascota no es como tener un bebé. Y que tener un bebé no es sólo tener un bebé o un hijo. Es traer un ser humano al mundo de por vida, y que no siempre será un bebé o un niño, sino un adulto con capacidad para tomar sus propias decisiones, y un ciclo de vida más largo y con potencial para tener una mentalidad diferente a la de las mascotas. Aunque animales y humanos necesitan cuidados, no es comparable.

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Tratar a los animales como a bebés
Con todos mis respetos, y dejando claro que me considero amante de los animales, pero sin ponerme la etiqueta de «animalista», me he decidido a escribir esto ante un comentario que he recibido en Facebook sobre el tema, dicho de un modo «inofensivo» y de andar por casa. No sólo lo he visto ahí. Ya son años, por muchas partes, y lo he escuchado de mucha gente.
No pretendo sacar las cosas de quicio, pero sí dar a conocer lo que algunos ya empiezan a darse cuenta: llegar al punto de meter a perros y gatos en carricoches o cochecitos para bebé.
Sin duda, las mascotas son miembros de la familia también, pero esto último sí que es pasarse. Hago referencia a lo de los cochecitos y similares. Eso sí es sacar las cosas de quicio y de contexto, y no que yo escriba esto con un trasfondo cuya base es la Conciencia.
Simplemente amo a animales, a humanos, y a todos los seres de la creación. Pero cada uno es lo que es, y eso es algo que veo que no muchos tienen claro. Veamos de qué se trata.
Me parece que se está perdiendo el norte, si es que alguna vez se llegó a alcanzar. Que nadie me mal interprete. En absoluto, pero soy bastante firme. No digo nada a mal, pero me parece que esto es algo importante porque veo que se repite demasiado y que este tipo de designaciones puede parecer algo inocente cuando siento que no lo es. Sin embargo, creo que la mentalidad subyacente a este tipo de comentarios para designar a las mascotas como «hijos», aunque se les críe igual, es necesario que reciba un poco más de conciencia.

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Una mascota no es un bebé. Un bebé no es una mascota
Para mí, y lo digo desde mi punto de vista, sin imponer a nadie, creo que es bastante inapropiado hacer una comparación entre tener hijos y tener perros. Hoy en día está muy de moda nombrar a los animales domésticos como «perryhijis» o «perrihijos». Pero para mí es todo un tema que me preocupa bastante, porque creo que hacer este tipo de comparaciones está de más; por más que hoy en día la mayoría de la gente las haga. Creo que hay bastante inconsciencia con respecto a esto y espero que nadie me lo tome a mal.
Estoy de acuerdo en que tener mascotas es algo maravilloso, que hacen muchísima compañía y son seres extraordinarios. Y son almas que también necesitan un hogar. El problema es que no se castre a las hembras y no paren de reproducirse para terminar en la calle o perdidos. Un poco también ocurre de igual modo con muchos humanos. Es crudo pero es así. Pero ambos temas son otra cuestión y no es el objeto del presente artículo.
Yo me he criado en el campo y he tenido bastantes animales fuera de la casa. No dentro de la casa, salvo peces en un acuario y algunas aves cuando era pequeña. Pero de ahí a la costumbre que se toma hoy en día de compararlos con hijos me parece una comparación excesiva y hasta cierto punto inconsciente y fuera de lugar, que sólo refleja una incultura «animal».
No pretendo colocar a los seres humanos por encima de los animales, ni viceversa; sin embargo, bien por convicción o por el deseo de no tener hijos, o por el deseo de tener hijos pero no tener la suficiente energía o recursos para mantenerlos (porque si uno quiere el tiempo es algo que también lo puede sacar), hoy en día la mayoría de la gente acoge a los animales y eso es algo precioso; pero creo que también se juega muchísimo a utilizar a los animales como un modo de «jugar» a las «casitas» y «jugar» a tener hijos. No tiene nada que ver el proceso de cuidar de una mascota con el hecho de tener y criar a un ser humano.
Estoy de acuerdo en que tener mascotas es algo maravilloso, que hacen muchísima compañía y son seres extraordinarios.
Creo que se utiliza mucho a los animales como el sueño frustrado de jugar a tener un bebé, sin hacer distinción entre lo que es tener una mascota y lo que es traer un ser humano a este planeta.
El sueño frustrado de (no) tener hijos
Creo que se utiliza mucho a los animales como el sueño frustrado de «jugar» a tener un bebé, sin hacer distinción entre lo que es tener una mascota y lo que es traer un ser humano a este planeta. Por más que se pretenda, no se puede comparar la biología y las reacciones naturales propias de los animales a las de los seres humanos. A muchas personas se les olvida que aún siendo animales domésticos, estos no dejan de ser animales y por lo tanto no actúan de la misma manera que un humano, aunque ambos puedan llegar a tener reacciones bruscas o violentas. No es la misma evolución, ni los mismos instintos. Y soy de las que se da cuenta de que hay animales que tienen una mirada y un alma que parecen humanos, y que hay humanos que actúan como animales. Es ahí una cuestión evolutiva del Alma de cada ser.
Infantilización de humanos y de animales. Consecuencias
Ahora bien, aún cuando los animales también requieren de muchos cuidados, hoy en día creo que se les está tratando demasiado como a bebés y por eso están desarrollando depresiones, enfermedades y gorduras enfermizas por tratarlos como a humanos, para aliviar el sentimiento humano frustrado de querer tener un hijo sin poder, o querer tener un hijo sin complicarse tanto la vida. Por más cuidados que precise algunas razas de perro o gato, no es comparable jamas a la necesidad de desarrollar y guiar en conciencia a otro humano, sin contar lo que implica los cuidados físicos hasta que el humano crece, y en algunos casos ni eso.
En una ocasión, un chico que estaba conociendo y con el que la cosa no salió bien, (y no salió bien por esto que diré, que sería antesala de una mentalidad de un completo inconsciente para casi todo en la vida, pero que sabía mentir muy bien al inicio) me dijo que quería tener hijos dado que yo es algo que también le dije que quería. Se trataba de una persona que según iba conociendo se mostraba bastante inmadura y me dijo que no tenía problema en tener hijos porque había tenido un perro. Me pareció una comparación que estaba fuera de lugar, e incluso hasta grosera porque un niño no es un perro. Y creo que mucha gente, por no decir que la mayoría, todavía no se ha dado cuenta de que un niño no es un perro ni un gato.
Yo he criado a bebés de la familia y en absoluto tiene nada que ver criar a un animal que a un ser humano. Pido disculpas si puedo ser algo brusca, pero es que esto es más serio de lo que parece porque creo que hay demasiada tontería con esto y hay mucha forma de pensar subconsciente detrás de estas expresiones que parecen inofensivas y que muchísima gente utiliza a modo de andar por casa.
Un niño requiere de muchísimas más obligaciones y cuidados que un perro o un gato, y creo que los seres humanos que quieren tener hijos y no los tienen por la razón que sea, o prefieren complicarse menos la vida, o simplemente recogen un animalito para darle un hogar, eligen tener mascotas. Pero en más casos que menos, las terminan por tratar como a bebés, hasta el punto de comprarles un carrito o un carricoche para llevarlos y pasearlos como a bebés, aún cuando ya están metidos en la edad adulta, y colocarles ropa cuando muchos de ellos tienen un maravilloso pelaje natural, y todo esto me parece ridículo.
Bajo mi punto de vista, creo que toda persona que tenga mascotas debería hacer referencia a ellas como a lo que son: mascotas. Las mascotas no son hijos aunque se críen como tales. El concepto de criar animales puede hacer referencia a que se les vea como a hijos, pero tengamos en cuenta que realmente no lo son y no se les debe tratar como a bebés hasta el punto de infantilizarlos y anular sus instintos biológicos naturales, porque simplemente a veces creo que sus cuidadores también han quedado atascados en la edad infantil sin llegar a madurar. Ojo que un adulto, puede cuidar perfectamente a un animal. No es el hecho, es la forma en que se hace las cosas. Veo a muchos animales dentro de las casas completamente zumbados porque se les está tratando como a humanos, y todo esto viene de hacer este tipo de designaciones como «perri hijos». Tal cual los ven, tal cual los crían.
Soy consciente de que se ha maltratado (y se sigue maltratando en muchos lugares) muchísimo a los animales y que muchos están perdidos por ahí, pero creo que hoy en día mucha gente se está pasando al extremo. Me parece un gesto precioso que se recoja animales de la calle. Yo misma recogí a mi gata que desapareció hace un año, y la encontré en la calle recién nacida. Estuvo conmigo por 14 años. Y en el campo de mi familia hemos tenido muchísimos perros, y algunos de ellos los recogimos estando sufriendo hasta que les dimos una vida y pudieron vivir bien cuidados hasta su muerte, pero cuidados como animales, con respeto y cariño a su biología, y no como a humanos, y no como a bebés a los que estar enseñándoles el sonajero todo el rato. Los animales necesitan jugar diferente a los humanos. Por eso son animales, aunque algunos parezcan humanos. Siguen siendo animales. Lo que no puede ser es que haya perros y gatos siendo cuidados muchísimo mejor que muchos seres humanos, y que eso esté descolocando por completo la biología de cada ser y las mentalidades.
Mentalidad subyacente
Conocí a un ferroviario que había sido déspota y egoísta con muchísimas personas (incluyendo muchos de sus compañeros de gremio a los que trató a patadas), incongruente e inconsistente, incapaz de cumplir sus promesas. Es obvio que hay que saber todas las versiones, pero nada justifica actuar como un patán y un impresentable, perjudicando a otros para avanzar. Entre otras cosas, fue capaz de dejar a una amiga que necesitaba ayuda en la calle, pero alimentar a su perro con salmón, y preparándole una paella de conejo y una comida diferente cada día. Y colocándole un plato de los que solemos usar los humanos. Nunca le hubiera puesto un comedero para perros. Lo alimentaba con el mismo menaje que él usaba. Recuerdo que por aquel entonces, cuando yo supe de esto, yo pasaba hambre. Muchos animales han llegado a comer y a vivir mejor que yo durante mucho tiempo.
Intento decir que no hay que tratar a los animales por debajo, pero tampoco a los humanos por debajo. Hay mucha gente que se queja de que no hay que tratar a los animales peor que a las personas, pero sí tratan a las personas peor que a los animales. Si esta persona me hubiera ayudado cuando lo necesité, en el momento en que no tenía nada, me responsabilizaba de mí misma, pero aún así necesitaba ayuda, hubiera publicado la novela hace años. Sin embargo, preferí hacerlo sola, antes que dejarme engañar por un patán, incapaz de cumplir una promesa que no se le pidió, ante la que tal vez esperaba algo a cambio… que no logró obtener.
No pretendo entremezclar experiencias personales, pero sí poner algunos casos de ejemplo donde lo que intento transmitir es que hay que frenar la estupidez, la tontería, la falta de sentido común y de respeto. Si uno DE VERDAD, ama y entiende a los animales, los trata bien, pero nunca como a eternos bebés.
Creo que todavía no se ha llegado a tomar conciencia de lo serio y las implicaciones que supone tener un bebé, que luego se convertirá en un adulto, y que nada tiene que ver con un animal que ya ha nacido, normalmente su periodo de vida es más corto y aún cuando necesita suplir sus necesidades son infinitamente mucho menores que las que implica traer un ser humano a este mundo. Normalmente un hijo se trae al mundo tras un proceso biológico muy profundo y que requiere de muchísima conciencia y responsabilidad, aunque no todos lo hagan. Y requiere de una conciencia altísima.
Aún cuando soy amante tanto de los niños como de los animales, creo que hay un desconocimiento tremendo acerca de esto. Las implicaciones y la mentalidad de designar a los perros como hijos de esta manera, me parece sacar las cosas de contexto. Se están pasando con los animales a base de cuidarlos demasiado, y de tomar muy poca conciencia con respecto a los bebés y humanos cuando se traen a este mundo. Comprendamos que todos necesitan cuidados, pero que no es lo mismo.
En cualquier caso, espero que esto sirva a modo de reflexión.