Recibí una crítica, sin introducción, saludo, cierre, y sin que la persona que la emitió me señalara los puntos a corregir. Con dejadez juzgó sin más, y ésta fue mi respuesta:

Imagen de Karolina Grabowska en Pixabay
«Hola, muchas gracias por comentar y por darme tu perspectiva.
Ante esta apreciación subjetiva, no sé si el contenido de este vídeo te resulta instructivo o de lo contrario no es así. Todo lo que comparto es fruto de mi experiencia y de todas las vivencias que desapegadamente y con todos mis respetos he ido recogiendo de todas las perspectivas y formas de ver de las personas que han ido pasando a lo largo de mi vida, en mi vida, y de la mía propia.
De la forma más neutral posible, honro mi proceso y el de todas esas personas con el menor juicio posible. Nadie me puede negar lo que yo he vivido, sentido y experimentado; de la misma manera que yo no tengo autoridad ninguna para juzgar ni negar, ni dejar de honrar los procesos de otras personas. Sólo yo he estado y estoy en mis zapatos, y desde ahí busco siempre empatizar y posicionarme en la piel del otro con el mayor amor y respeto que me es posible albergar en mi corazón.
Todo lo que hago siempre es con la mejor intención, y con todo mi afán de ser de ayuda, intentando ofrecer no sólo mis perspectivas; sino también las de otras personas que son las que integro en mí y hago mías, para ofrecerlo a todos.
Habrá personas que estén más de acuerdo o menos de acuerdo con mi visión (que además de mí es la que he recabado de todas las personas que han pasado por mi vida) o que comprendan e integren más o menos lo que digo y lo que intento decir.
Habrá personas que asimilen o comprendan más lo que digo y otras que lo hagan menos, pero eso no significa que esté bien ni mal, ni lo que ellas sienten o perciben de mí, ni tampoco lo que yo hago. Todos tenemos motivos para hacer las cosas que hacemos de la forma en la que las hacemos. Creo que ese es el principio básico para comprender a las personas. No está bien ni mal, simplemente, ES.
Habrá personas a las que les ayude muchísimo todo lo que hago y otras a las que no les resuene absolutamente nada, o que incluso lo odien. ¿Ocurre algo malo porque eso sea así? Es como todo, creo que la autenticidad y el amor y respeto por uno mismo, y por lo tanto, por los demás, reside en ofrecer la mayor sinceridad posible con la mayor cantidad de beneficio a uno mismo con los demás al mismo tiempo.
Yo nunca obligo a nadie a que vea o escuche mi contenido, de la misma forma que tampoco me gusta ser forzada. Considero que todos los seres humanos son libres de por sí, y que no necesitan mi permiso para ser libres de escucharme o verme o de no hacerlo.
Aún cuando gran cantidad de veces yo no he sido comprendida ni he recibido empatía, yo siempre intento comprender y empatizar con los demás (incluso con aquellos que no han empatizado conmigo ni me han comprendido) y hacer las cosas del mejor modo posible y que sé, y que me esfuerzo a diario por hacer. No necesito de una aprobación externa para hacer lo que amo y ser quien soy. No necesito el permiso de ejecutar la libertad y el libre albedrío que me fueron dados al llegar a este mundo. Yo Soy mi propio permiso.
Por otro lado, y sin ánimo de que parezca que esto procede de ningún tipo de resentimiento, por respeto a mi tiempo, a mí energía, a mi trabajo y a lo que he debido vivir, una cosa que debo decir es que dedico muchísimo esfuerzo, muchísimo tiempo, muchísima constancia, paciencia, una brutal inversión en salud que no siempre compensa, compromiso y coraje, y muchísimas horas a crear todo este contenido, a tener la valentía de exponer mis propias vivencias públicamente a personas que ni siquiera conozco (cuando la mayoría de personas se esconde detrás de las redes sociales), con el fin de ayudarlas del mejor modo que sé y que puedo y que intento mejorar cada día; cosa que no todo el mundo hace.
Estoy levantando un proyecto que amo hacer, por mí y por todos, y que lo hago sinceramente de corazón, «esperando» sin expectativas desde el máximo disfrute posible (y este punto de inflexión es algo que no todo el mundo comprenderá) abriendo camino ante lo que siento todavía muy pocos realmente despiertos están viendo.
Estoy invirtiendo muchísimo en juego, desde hace más de 10 años sin saber que pasará, sin recibir ningún tipo de compensación económica que me permita seguir avanzando con más ayuda; pero siempre pisando fuerte, y con la fe y la certeza de que todo está e irá bien, anclandome únicamente a mí misma y al orden superior qué pongo por delante por encima de todo teniendo total confianza en él.
Con lo cual, mi entrega está siendo enorme y no siempre valorada en algunos casos. Y muy valorada en otros, pero siempre me muestro y me siento agradecida. Incluso digo que el mismo hecho de estar en desacuerdo con la perspectiva de otra persona, nada tiene que ver con la pérdida de las formas y del respeto.
En ocasiones yo misma estoy en desacuerdo con algunos contenidos que veo y no me cuesta nada decirlo educadamente y tras decir «Hola, gracias por el video». Los buenos modales y la gratitud es algo que no todo el mundo ha aprendido. Es fácil emitir según qué tipo de juicio sin haber pulido los propios primero.
Es sencillo ver el contenido sin ver la cantidad de horas, de esfuerzo que hay detrás, y también del compromiso emocional de hablar públicamente sobre temas propios que no todo el mundo tiene el coraje y la valentía de tratar, exponiendo la vulnerabilidad de sí mismos a través de sus propias experiencias.
Creo que para muchos resulta más «fácil» señalar a otros con el dedo cuando abren su corazón y cuentan sus perspectivas y experiencias, gusten más o menos, que atreverse uno a lanzarse a ser quien uno es a pecho descubierto sin coraza, y contar la más mínima nimiedad, acerca de sí mismos.
Mucha gente puede juzgar desde la superficialidad, pero pocos están dispuestos a compartir su vulnerabilidad y experiencias sobre sí mismos desde la más remota profundidad; exponiéndose al juicio y a la crítica, pero también a la apreciación externa.
Insisto, cuando uno sabe quién es, sabes lo que ha vivido y sabe las fases evolutivas y espirituales que ha tenido que recorrer desde abajo para ir ascendiendo, no tiene temor a las percepciones ajenas cuando estas no son siempre agradables.
Por otro lado, procuro atender a todas las personas que me contactan, pues sé perfectamente lo que es haber estado pidiendo ayuda durante muchísimo tiempo y no haberla recibido; por lo que yo misma no deseo el mismo sufrimiento para otro ser.
Insisto en que lo hago porque yo quiero hacerlo, y que nadie me debe nada, pero creo que es algo importante a tener en cuenta también, ya que tampoco todo el mundo se toma el tiempo y la energía para atender uno por uno a las personas que llegan a una plataforma sin conocerlas absolutamente de nada. También forma parte de mi tiempo y mi energía y con gusto lo hago y lo seguiré haciendo mientras pueda.
Insisto en que es necesario comprender el poder de la gratitud, incluso con aquellas cosas que nos rechinan o nos sacuden. Y también resulta sencillo en las valoraciones de la mayoría de las redes sociales en general emitir una crítica sin modales y de cualquier manera, sin señalar los puntos a corregir. De lo contrario, ¿qué sentido tiene emitir una crítica? Cuando he de sugerir una corrección lo digo educadamente y señalando las partes que bajo mi perspectiva podrían ser mejoradas. Ninguna crítica puede ser constructiva. Las sugerencias bien puntualizadas son constructivas.
Una de las grandes lecciones espirituales que venimos a aprender también es a respetar y tolerar (hasta cierto punto y dentro de unos límites que no siempre es fácil delimitar sin entrar en relatividades) las perspectivas de los demás sin recurrir al juicio de valor o al odio. Se puede estar en desacuerdo con alguien y seguir amándole, respetandole y apreciandole, sin renunciar al respeto y el amor por uno. Sí, gran cantidad de veces se puede.
Este es un espacio personal y laboral y cualquiera es libre de subir, permanecer o bajar de este tren. Yo sigo mi ruta, buscando la seguridad y el crecimiento de todos los que me acompañan, incluido el mío, y quien quiera es bienvenido o bienvenida. Y quien no, igualmente bendecido para seguir su ruta por donde quiera, elija, pueda o las tres a la vez.
Las personas que me conocen un poco saben que no impongo que se me escuche o que se me vea. Si mi contenido es de tu agrado, puedes quedarte y verlo, y estaré feliz de que te sirva de ayuda, pues para eso lo hago.
Si mi contenido no es de tu agrado o no resuena contigo, puedes no quedarte, no verlo y no escucharlo y estaré igualmente feliz por ti de que encuentres tu camino y comprensión en otras perspectivas o visiones de otras personas que se ajusten más a ti. Hay millones de personas ofreciendo su ayuda y perspectiva ahí afuera. A donde yo no pueda llegar podrá llegar otras muchas personas. Somos muchos. Esa es la maravilla de la variedad. Si pretendiera agradar a todo el mundo dejaría de ser yo misma porque para gustos los colores y hace mucho tiempo comprendí que solamente hay muy pocas cosas que no se puede en esta vida, y una de ellas es agradar a todo el mundo. Y más si con ello uno pierde la conexión y la escucha del Ser que vive dentro de sí. Lo importante es el respeto y la comprensión por uno mismo y por los demás, a los niveles más elevados posibles.
Es por ello que agradezco enormemente tu sinceridad, porque si mi contenido te resuena y te quedas eres auténtica. Si mi contenido no te resuena y no me escuchas, eres auténtica. Eso es lo que aprecio en las personas, independientemente de si permanecen en mi camino o no, y que encuentren sus propios caminos y que sean auténticas, felices y evolucionen, tanto si yo estoy en sus vidas, y ellas en la mía como si no. Si me escucharas en contra de tu voluntad, o no me escucharas en contra de la voluntad, no te sentirías alineada contigo misma. Y yo no desearía eso. De lo que se trata es de ser auténtico con uno mismo. Creo que en eso consiste la libertad y el amor incondicional, cosa que no todo el mundo ejecuta en la práctica, por mucho que sus palabras digan lo contrario, y más en el terreno virtual y disciplinas que estoy tocando.
En cualquier caso me siento satisfecha con el resultado de mi trabajo y creo que eso también se transmite para transformar vidas, ya sea desde el alivio de sentirse comprendidos para unos, como para sentirse polémicos para otros. Si bien muchos tal vez podrán preguntarse por qué invierto tanto tiempo y esfuerzo escribiendo para dar respuesta ante una sola línea, y bajo su perspectiva gran cantidad de las veces no responderían, el motivo es que sé que siempre hay muchas personas leyendo. Absolutamente tengo la plena confianza de que mis escritos podrán ayudar al menos como mínimo a una sola persona y esa soy yo. Si logro el gran éxito de que otro ser humano me lea, parte de mi propósito está cumplido. Imagina cuando cualquiera de mis escritos llega a más personas. No siempre el que plantea el problema es el que encuentra la respuesta. A veces las respuestas están en el planteamiento del problema que dejaron otros.
Agradecida, siempre, ante todo. Siempre veo la parte amorosa de toda situación, pues no siempre todo es lo que parece. De todo y de todos aprendo.
No siempre es fácil responder ante el odio, lo desagradable o el rechazo, con Amor, paciencia, compasión, misericordia y comprensión, siendo Amor, ¿verdad?»